Seguimos con “caña y tapa”, una sección con un poco de humor para generar buen rollo y contagiarte un poco de suerte en este miércoles de verano.
Me he dado cuenta de que eso de las ensaladas se me está yendo de las manos. Esta semana me llamó un amigo y me dijo:
- Tío, desde que leí tu entrada de la semana pasada he cenado todos los días ensalada. Con eso de poner una base de lechuga y “decorarla” luego con alguna cosilla me quedan genial. La que más me gusta es la de Big Mac.
- ¿De Big Mac? ¿Cómo es eso??
Y entonces va el tío y me enseña una foto en móvil dónde sale una ensaladera llena de lechuga y encima un Big Mac con caja incluida, patatas Deluxe y CocaCola grande. Y no contento con eso me dice “y me pasó como a ti tío, me tuve que dejar la lechuga”.
Así que creo que voy a cambiar la dieta de la lechuga por una dieta de cereales (cebada), zumo de frutas (principalmente uva) y tubérculos bravos y con alioli.
Y es que esto de las patatas se está poniendo de moda. Sino que le pregunten a la SGAE que se está comiendo su chulería con patatas. Aunque hay que ir con cuidado porque esta tapa se puede indigestar fácilmente y le tocaría al señor inspector de la SGAE ir al médico. Solo espero que el médico no tenga puesta la radio porque sino el señor inspector tendría que trabajar y poner muchas multas y nadie le podría curar.
Pero bueno, además de las tapas y el odio a la SGAE, hay otra cosa típica del verano, la canción del verano. Y aquí, debo decir GRACIAS ESTRELLA DAMM. Siempre supe que tendría que dar las gracias al Sr. Damm por esas noches de alegría, esos momentos de compañía y esas lagunas. Pero no me imaginé que tendría que darle las gracias por cambiar la canción del verano. Es cierto que ahora que son en inglés nadie puede cantarlas (la última hacía algo así como tatataratata at the airport tatatatatataaaa). Pero por lo menos hemos dejado atrás la época dorada en que se repartían los veranos entre King África y Georgie Dann (no confundir con la cerveza que ya hemos dicho antes que es genial) al son de una palabra ya sea barbacoa o mayonesa.
Aunque hay que ser justos, hay que reconocer que el señor África demostró a todo el mundo que para triunfar cantando no hace falta ser delgado, guapo, músico y ni siquiera divertido. Por no tener, no tenía ni buen gusto vistiendo. Eso si, solo hace falta ser listo, muy listo. Suficiente como para tener a toda España bailando durante 3 meses mientras se llena los bolsillos de pasta.
Esos tres meses en que en España todo el mundo va con la cantinela de la última película de James Bond: ¡“Cuantum sol hace”!
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