Miércoles de suerte y risoterapia con sabor Navideño:
¿Qué nos ha pasado con el turrón? Sinceramente, ¿qué hemos
hecho? Creo que esto se nos está yendo mucho de las manos.
A ver, que yo sepa el turrón se hacía con azúcar y almendras
tostadas, lo que había en casa vamos.
Como siempre hay algún especialito que no le gusta, se inventaron dos
tipos: el duro y el blando. Digamos que tampoco nos comemos mucho la cabeza
inventando nombres.
El duro… pues eso, está duro. Para mi que fue un invento del
gremio de dentistas. La conversación tuvo que ser algo así:
- Tíos, hasta que no inventemos los brackets aquí nos
morimos de hambre. Hay que hacer algo.
- Podríamos vender pasteles de piedras.
- No tío ,que pesan mucho.
- Pues ya sé, ¿y si inventamos el turrón duro?
- Si, ¡si tío!
- Pues no se hable más, Manolo, ponte con ello. Y dile a
Paco el herrero que saque el hacha de la boca de su hijo, ya inventaremos los
brackets de aquí a un par de siglos.
Y así fue como el gremio de dentistas empezó a dominar el
mundo. Se ve que al tipo le
pareció que sería divertido que alguien se partiera un diente comiendo el
postre así que juntó el azúcar con hormigón y no lo armó porque esto no es
América. Luego lo mezclo con las almendras tostadas enteras. ¿Enteras? Pues si,
que más da. Si son lo más blando de toda la tableta. Antes que atragantarte con
una almendra te rompes la quijada. Por supuesto tuvo el detalle de hacerlo
blanco para confundirse con los trocitos de diente y nunca te puedas
reconstruir sin miedo a llevar un trozo de turrón de colmillo toda tu vida.
Y así hasta nuestros días. Aunque ahora han tenido el
detalle de envasarlo al alto vacío, que digo yo ¿para qué si eso no caduca en
la vida?. Pero les da igual, lo han envasado así pa joder. No bastaba con
tirarse media hora con un cuchillo (ese no hijo, que me le quitas el filo; coge
el malo) y la mano de mortero para destrozar la tableta en 20 trozos de 20
tamaños y formas diferentes. No, no bastaba con eso. Tenías que dedicarle
también 15 minutos a quitar la mierda del plástico y su vacío. Que está embasado tan al vacío que cuando lo abres notas la corriente de aire en la cocina
atraída por la tableta. Si, si, tu ríete pero a un tipo se le ocurrió abrirla
en un avión y despresurizó toda la cabina del avión y de un helicóptero que
volaba cerca.
Y luego tenemos
el blando… que está blando. Si el otro lo inventaron los dentistas, este lo
inventaron el gremio de servilleteros, papeleros de cocina y toda la familia
scotex. ¡Porque hay que ver lo que mancha! Este viene envuelto en un papel de
plata o similar y recubierto por un plástico al bajo vacío (porque es más bien
blandengue) y con una caja de cartón. Tan bien envuelto que de año a año se te
olvida cómo es. Parece inofensivo. Hasta te podrías guardar la caja en el
bolsillo.
Pero cuando lo abres… empieza la catástrofe. Para empezar,
quítale el plastiquito al vacío. En cuanto pinchas con el cuchillo, eso empieza
a sangrar grasa que te mancha hasta lo rosa de las uñas. Y todo el paquete se
vuelve viscoso. Tienes la tentación de hacer sierra y cortar el plástico a la
par que el turrón. Pero no puedes, ahí está el papel de plata para fastidiarte
el invento. Porque si lo haces te tirarás 20 minutos quitando trozos metálicos
de cada pedazo. Así que cortas el plástico de una esquina y empiezas a empujar
la pastilla pa fuera con cuidado para dejar al descubierto solo el trozo que
quieres comerte y que no se reseque el resto. Luego pelas el papel de plata. Lo
hagas como lo hagas siempre queda algún trocillo pero al final lo consigues. Y
ahora si lo puedes cortar.
Por lo menos tiene buena pinta. Buena pinta que dura los 30
segundos que tarda en llegar a la mesa y resecarse como la momia de Tutankamón.
Toda esa grasa que sigue en el papel, en tus manos y hasta en tus calzoncillos,
se ha esfumado y en su lugar ha dejado un trozo seco de serrín. Te lo metes en
la boca y notas que se te secan las lágrimas. Si, si, tu ríete, pero he visto
piscinas vaciarse con un solo trozo. Por qué te crees que no está permitido
llevar turrón a la piscina. El turrón es la tercera causa de muerte por
deshidratación después de la resaca y el Alzheimer (que hace que se te olvide
beber agua).
Como ves, con solo dos tipos de turrón ya estábamos
entretenidos pa todas las navidades. Pero no. No bastaba solo con dos.
Empezaron con el de chocolate (que aún no entiendo porque está relleno de
crispis), luego de yema, de crema catalana, de fresa… Hasta que pasamos la
línea inventando el de coco. ¿qué hemos hecho? De verdad ¿qué hemos hecho? Esto
es un mensaje para el que tuvo la genial idea de hacer un turrón de coco:
¿De verdad hacía falta hacer un turrón de coco? Después de
ver el fracaso del yogur de coco, de la colonia de coco y del polvorón de coco,
¿de verdad creías que ibas a triunfar con tu turrón de coco? Lo único con sabor
a coco que está bueno es el coco. ¡Y sólo porque no sabe tanto a coco! Así que
desde aquí te pido que no inventes más. Quédate en casa tranquilito. Gracias
pero no hace falta. Que ya te veo maquinando nuevos sabores: turrón de
zanahoria, turrón de remolacha, turrón de cocido madrileño… Déjalo. Nadie te va
a echar de menos. A los que si voy a echar de menos es a todos vosotros hasta
el próximo miércoles.
Un abrazo y felices fiestas (FF para los de Twitter)
Juas !!! Buenisimo,es genial ver como se nota que articulo es tuyo con ese humor "ácido".
ResponderEliminarUn turrón qure me ha tocado en la cesta de este año es Turron de chocolate al limón y ginebra :) par que veas tiene un ligero sabor al sabado noche 04:00 AM.
Para el próximo año túrron de all i oli
AEG
Muchas gracias AEG!!!
ResponderEliminarEnserio?? chocolate al limón y ginebra??? Lo que decía, que se nos va de la manos! Habría que dejar de inventar ya, antes de que tengas razón y hagan uno de all i oli!