miércoles, 12 de diciembre de 2012

Efecto Diana


Cuenta la leyenda que había un arquero que siempre hacía diana. Tal era su fama que el Rey envió a un mensajero para invitarle al torneo de su cumpleaños. Al llegar a la casa, el mensajero vio que el muro exterior estaba repleto de dianas dibujadas y en medio de cada una de ellas había una flecha clavada. Realmente es el mejor arquero que he visto nunca, se dijo. Llamó a la puerta pero nadie respondió por lo que salió a buscarlo al patio. Allí encontró al hombre disparando sobre otro muro. Ya había varias flechas clavadas pero curiosamente no había ninguna diana visible. Al acabar de disparar, el arquero se acercó al muro con un bote de pintura y pintó una diana alrededor de cada flecha de manera que ésta quedase justo en el centro.


Así es como se produce el Efecto Diana. Muchas veces en tu día a día te encuentras con situaciones, gente, cosas, que parece haber acertado justo en el centro de tu diana. Este libro lo han escrito para mí. Esta película habla de mi vida. Desde que dejé a mi ex no hago más que conocer a gente que se llama igual. Igual que hacía el arquero, todas esas dianas refuerzan la idea que quieres tener. Si quieres creer que eres el mejor arquero del reino, el muro te lo confirmará. Si sientes que no vales para nada, cada comentario que oigas te lo confirmará.


La cuestión es: ¿realmente el autor estadounidense que no te conoce de nada ha escrito este best seller pensando en ti? ¿Crees que Hollywood te ha puesto un espía para rodar tu biografía? ¿Toda la gente que conoces ahora se llama igual que tu ex?

Cuando miras al muro, solo ves la flecha en el centro de la diana pero no te preguntas que llegó antes.  Pero muchas veces parece que la flecha ha acertado en tu diana cuando en realidad lo que estás haciendo es pintar la diana alrededor de la flecha.

Lo malo del Efecto Diana es que sirve para reforzar una idea que es falsa. Y eso te hace construir sobre los cimientos de lo que tu quieres creer y no sobre los cimientos reales.

Si decides creer que los cimientos son buenos, corres el riesgo de que un día te des cuenta de que no era así y se te caiga la casa. Por otro lado, si decides creer que son malos cimientos, es posible que no construyas todo lo alto que podrías por miedo a algo que no va a pasar.

Así que esta semana te propongo que la próxima vez que veas una flecha en una diana te preguntes qué ha llegado antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario