NavidadEscépctico: razones para disfrutarla.

No sé si te habrás dado cuenta de que ha llegado la Navidad. Ya han empezado a brillar las luces en todas las calles (por cierto, alguien tendría que aclarar al señor que las elige que el neón azul tiene un toque de “carretera” curioso). Las tiendas se llenan de gente como loca por comprar los últimos regalos pal amigo invisible (suerte que los Reyes son magos y los niños tienen sus regalos asegurados). Empiezan a crecer como setas pesebres, árboles de navidad, “papanoeles”, etc… Vamos que ya es Navidad.

Y curiosamente, en esta época del año a todo el mundo le invade un espíritu navideño. Felicidad, buen rollo, consumismo… Así es como empiezan muchos discursos irónicos justo antes de criticar todas las fiestas y decir que están orquestadas por el capitalismo y la sociedad.

Pues a mí me encanta. Y hoy la ironía va a jugar en favor de ese sentimiento navideño. Así que la entrada va dedicada a los navidadescépticos: Razones para disfrutar la navidad.

La navidad, la fiesta del sol

Hay mucha gente que no le gusta la navidad solo por su connotación religiosa. “Yo no soy cristiano así que no tengo nada que celebrar”. Pues resulta que la navidad es anterior a la religión cristiana y también al capitalismo (para aquellos que creen que la inventó El Corte Inglés). Proviene de la celebración del solsticio de invierno que simbolizaba el nacimiento del sol. Así que si no te sientes cristiano y no quieres celebrar el nacimiento de “Nuestro Señor”, siempre puedes simplemente celebrar que los días se alargan.

Consumismo generoso

Alguien ya se habrá llevado las manos a la cabeza al ver las dos palabras juntas. Tranquilos que si lo imprimes en papel no se corre la tinta y las palabras ni se tocan. Vaya a ser que el consumismo mache lo generoso o al revés.

Efectivamente, en esta época del año la gente suele comprar mucho mucho. La Navidad es la época en que más se compra. Cierto. Como es cierto que posiblemente no se compraría tanto si no hubiera Navidad. Pero lo que quizás no has pensado es que es un periodo en que la mayoría de lo que se compra es para otras personas. O bien compras regalos para otros, o bien compras comida que es para compartir con más gente.

Así que curiosamente, cuando más consumimos es cuando más damos y compartimos. Podemos quedarnos pensando en todo el dinero que se gasta y como se enriquecen las empresas pero yo prefiero pensar que cuando más compramos es cuando más pensamos en los demás. Quizás no vamos tan mal como sociedad.

La caridad suma

Pero la generosidad no acaba aquí, sino que la gente, movida por este espíritu navideño, le da por hacer obras de caridad. Podríamos decir que la caridad es bastante condescendiente. También podríamos decir que la mayoría de gente sólo da lo que le sobra (juguetes viejos). Y en cualquier caso, la mayoría de gente que es generosa ahora, no lo es durante el resto del año. Toda la razón. Pero aunque sea condescendiente, solo se dé lo que sobra y durante el resto del año no se dé nada más, aún en el peor de los casos; estás dando algo a alguien que  lo necesita. Y esa persona estará mejor que si no se lo hubieras dado. Así que aunque poco, sumas.

¿Tendríamos que dar más, de corazón y durante todo el año? Por supuesto, pero no me jodas que  sumar poquito no es mejor que no sumar. Y digo yo que si sumamos es para estar contentos, ¿no?

Buen rollo, artificial, pero buen rollo.

No sé muy bien porqué, quizás sea este espíritu de Navidad, el miedo al carbón de los reyes o las vacaciones, pero el caso es que todo el mundo anda como más feliz. La gente sonríe más y está de más buen humor en general. La gente tiene más paciencia, se ceden los asientos del bus, te sonríe el compañero con el que estás peleado. ¿Por qué? Porque es Navidad.

Es curioso que la gente cambie tanto. Y puede sonar bastante hipócrita. Pero a mí me surgen un par de ideas. La primera es que aunque sea para aparentar, ese buen rollo suma más que el mal rollo habitual. Así que aunque sea falso, me gusta.

Y la segunda idea es que si haces algo aunque no te lo creas, acaba calando. Así que aunque tu buen rollo sea de mentira, el hecho de tenerlo ya te va calando y va dejando un pequeño poso que suma mucho. Así que después de un par de semanas de “felices fiestas”, “feliz año nuevo”, amigo invisible, cena de Navidad, parece que hay más buen rollo en general y la gente te cae mejor.

Así que al navidadescépctico le digo: Si se genera más buen rollo y la gente piensa en los demás (aunque sea consumiendo o dando juguetes viejos), ¿por qué no disfrutamos de la navidad? Es más, podría ser Navidad todo el año y así alargar el buen rollo 12 meses.

Pero bueno, pongamos que no te he convencido; solo te pido una cosa: si no quieres disfrutarla, no se la amargues a los demás. Tú tienes la libertad de no participar si no quieres, dame la libertad de participar si quiero.