miércoles, 29 de febrero de 2012

Haz un Clark Kent


Sin culpar a la sociedad (que somos todos, como hacienda); nos han enseñado que aprueba el que responde a todas las preguntas bien (o por lo menos a mitad). Eso produce el fenómeno de que tengamos la imperiosa necesidad de responder a todo lo que se nos pregunta. Haz la prueba, intenta no responder a una pregunta directa y me cuentas que tal. Además, como el que responde primero tiene premio, tienes que responder super rápido.

Así que, sin comerlo ni beberlo, cuando alguien te hace una pregunta empiezas a agobiarte pensando “¿sabré la respuesta?¿qué pasa si me equivoco? ¡Tengo que responder algo ya!”. Toda esa tensión te hace tirar de la primera respuesta que te pasa por la cabeza. Y, una vez dicha, ya solo te queda defenderla a muerte para no demostrar que te has equivocado.

Como ya habrás deducido y/o experimentado, eso crea mucha tensión por si “pasarás la prueba”. Te quedas en un estado de emergencia por la urgencia de responder y sientes inseguridad porque no te ha dado tiempo a pensar bien la respuesta. Por último, se genera rabia porque si no te hubiesen preguntado te podrías estar ahorrando todo esto.

Pues para evitar todo esto, esta semana te dejo algunas ideas que espero que te aporten algo:


Él tampoco sabe la respuesta:

Salvo que sea tu profesor o un jefe puntilloso, cuando alguien te pregunta algo es porque no lo sabe y quiere saberlo. Y si él no tiene una respuesta, ¿qué pasa si tú tampoco la tienes? Pues yo digo, que nada. Como mucho, quedarás igual que él. Si te importa el tema puedes sumarte a la búsqueda y ayudar a preguntar. Y si no te importa, ¿qué más te da?


Has sobrevivido hasta hoy sin saberlo:

A veces sientes que, aunque él no la sepa, tú tendrías que saber la respuesta. Pues bien, resulta que has sobrevivido hasta día de hoy sin saber la respuesta y no te ha pasado nada. Si hubiese sido tan urgente o importante quizás ya te habrías dado cuenta, ¿no? Así que no será tan grave. En cualquier caso, si sientes que ahora si deberías saberlo, averígualo.


Rapidez o precisión:

Dice el chiste: + Jaimito rápido, ¿3x5? – 16. + Pero Jaimito, ¿no ves que son 15? – Pero usted que quería, ¿rapidez o precisión?

Pues eso, al responder rápido es más difícil ser preciso. Si realmente es un tema importante, vale la pena pensarlo un poco antes de responder y asegurar la respuesta. Un error puede hacer perder mucho más tiempo del que tardarías en pensar la respuesta correcta. Y si no es importante, ¿qué más te da?

Y aquí aprovecho para rendir homenaje a un amigo mío que llamaré Clark Kent (guiño, guiño, patada, guiño).

Si le preguntas algo a Clark, él se te queda mirando unos segundos. Después aparta la mirada otros segundos. Tú, que crees que no te ha oído, le repites la pregunta. Pero el pasa olímpicamente de ti, ni te mira, y sigue en silencio. La gente con poca paciencia se harta y decide pasar de él y seguir hablando. Algunos incluso creen que Clark no se entera. Pero si callas y esperas, al cabo de un rato te da su respuesta. Yo no sé si es que es lento pensando o es que hace lo que no hacemos nadie, pensar conscientemente la respuesta. El caso es que con una calma de Terminator, te da su respuesta. Y suele ser muy buena. Cuando lo conocí pensé que era lento, ahora sé que es muy sabio.

Así que te invito a hacer un Clark: cuando te pregunten, piensa la respuesta. Si no la tienes y te importa, búscala, y si no te importa, ¿qué más te da?

1 comentario:

  1. Muy buena! A este amigo tuyo le preguntas cosas muy difíciles o parece un poco parsimonias.
    La importancia de una pregunta viene dada por el momento y por quien la formula. Si se toma su tiempo para responder quiere decir que le importa no fallarte. Valorable.

    Cierto es que la sociedad cada vez se empapa de más y más información rápida sin ningún tipo de filtro y demasiado amenudo se tarda en responder lo que un recuerdo del inconsciente bajar a la boca.
    Pero hay preguntas que merecen más de un instante de cavilación. La cuestión es adivinar, antes de responder, si con tiempo suficiente el pensamiento consciente podría llegar a contradecir la respuesta rápida inconsciente.
    -Si no es así, enhorabuena. Enseguida confirmas mentalmente que has tenido buena intuición.
    -Si después de responder crees que te has equivocado, has perdido mucho más tiempo desaprendiendo y buscando alternativa.

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