miércoles, 4 de abril de 2012

Cómo afrontar el "pecado"


Hoy, con todo esto de la Semana Santa, quiero hablar del pecado. Pero no te preocupes que la entrada no va ni de catequesis ni de crítica a la religión.

Más allá del valor espiritual que tenga para cada uno,  el “pecado” del que voy a hablar es esa sensación de estar haciendo algo que no toca. Lo haces pero en el fondo no te sientes bien del todo.  Y como eso de no sentirte bien aleja a la suerte, te invito a hacer un ejercicio.

Busca la última cosa que hayas hecho y no estés del todo convencid@ de que estuviera bien. No se trata de buscar un pecado católico sino de ver algo que te chirría (como diría mi primo y filósofo).

Aceptación:

Lo primero que hay que tener claro es que el hecho ya ha pasado y que, para bien o para mal, eso no va a cambiar. Así que es bueno asumirlo y ver qué puedes hacer con ello. A partir de aquí puedes empezar el análisis.

Hechos objetivos:

Cuando “pecamos”, tenemos un sentimiento por medio que distorsiona la realidad así que es bueno volver sobre los hechos y ver lo que pasó OBJETIVAMENTE. Para ello te invito a que escribas lo que hiciste sin justificar ni analizar porqué actuaste así. Como si fuera el guión de una película.

Valoración:

A partir del paso anterior, apunta qué cosas buenas y qué cosas malas tuvo para ti y para los demás. Luego apunta que consecuencias buenas y malas podría haber tenido para ti y para los demás.

Ahora analiza el hecho como si fuera otra persona. Valora si está bien o está mal por lo que pasó o por lo que podría haber pasado. Es importante que valores según tu propio criterio, que digas si a ti te parece bien o no. De esta manera podrás ver si pecaste o no SEGÚN TU CRITERIO.

Atención: Es posible que te des cuenta de que no tenías criterio en este tema y te toque formarte uno.


En este punto pueden pasar 4:

a) Crees que estuvo mal pero te da igual. Si al analizarlo te das cuenta de te sientes bien, ¿estás seguro de que te parece mal? Quizás sea que está mal para los demás pero a ti te da igual. O quizás no te importan los demás (pero entonces no creo que leas este blog).

b) Crees que estuvo mal y te sientes mal por ello. ¿Quieres evitarlo?

c) Te das cuenta de que racionalmente estuvo bien pero te sientes mal. ¿Por qué te sientes mal?

d) Te das cuenta de que realmente no pecaste y te sientes bien. Enhorabuena. Aquí se acaba tu viaje.

¿Quieres evitarlo?

Si sientes que te equivocaste y te sientes mal por ello es un buen momento para que vuelvas a la aceptación y asumas que lo hecho, hecho está.

En este punto la pregunta clave es ¿quiero evitar que vuelva a pasar? No se trata de ver si puedes, sino si quieres.

Si no quieres evitarlo puede ser que en el fondo sientas que no estuvo mal, que te dé miedo afrontar los cambios o que simplemente seas malvad@. Piénsalo.

Si realmente quieres evitar que se repita, PONTE A TRABAJAR EN ELLO. Analiza porqué actuaste como lo hiciste y que podrías cambiar para que no se repitiera la situación. ¡Enhorabuena! Estás mejorando como persona. Si necesitas ayuda conozco a un coach con suerte :).


¿Por qué te sientes mal?

Si racionalmente piensas que hiciste bien pero sientes un malestar interior es que pasa algo. Este camino dará para otra entrada así que solo te pinto las primeras baldosas.

La primera opción es volver a analizar realmente crees que  actuaste bien o no. Evita la justificación y analiza solo los hechos. No se trata de juzgarte por lo que pasó sino de ver que puedes hacer para no sentirte mal. En este segundo análisis quizás te das cuenta de que estás en el punto b).

Si vuelves a ver que objetivamente estuvo bien pero tú te sientes mal; puedes jugar a Mr Hyde.
Escribe todos los argumentos que se te ocurran para acusarte de que “pecaste”, aunque no te los creas. Cuando acabes la lista léela y verás que en algunos puntos se te acelera el pulso y sientes más nervios. Enhorabuena, acabas de dar con una creencia irracional y/o una disonancia cognitiva. Para entendernos, básicamente has encontrado algo que sientes en el fondo aunque racionalmente argumentes lo contrario. Analizar estas cosillas puede ser un buen punto de partida. Escribiré sobre ello, pero quizás un coach te pueda ayudar.
  

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