Un proverbio chino pregunta “¿y si el tiempo que dedicamos a buscar el culpable lo dedicamos a buscar la solución?”.
El otro día nos enseñaron (si es que esto es así) que mientras la psicoterapia se centra en el porqué de las cosas, el coaching se centra en el para qué. Y ese enfoque lo cambia todo.
Como ya he dicho una y mil veces, soy partidario de entender el porqué de las cosas ya que nos permite tratar la enfermedad en vez de los síntomas. Además, sabiendo el porqué, muchas veces lo que parecía un problema resulta no serlo. Y en cualquier caso nos permite saber de dónde venimos y a veces dónde estamos. Pero, salvo que empiecen a fabricar en serie el Delorean de Regreso al Futuro, me parece que nuestras acciones no van a cambiar el pasado, pero si pueden decidir el futuro. Así que una vez analizados los porqués (o no), te invito a que pienses que quieres sacar de esta situación.
Pero antes de entrar a proyectar el futuro, tema del que hablaré más adelante cuando sepa un poquillo más, quiero compartir contigo una idea.
Si me permites definiré problema como una situación quieres que cambie a mejor. Y añadiré que tus problemas son problemas porque te afectan. En el momento que dejen de afectarte dejan de ser problemas tuyos, ¿no? Y es que la palabra IMPORTANTE es siempre subjetiva ya que quiere decir que le importa (preocupa, interesa, valora) a alguien, el sujeto. Por lo que en cualquier problema o situación de la que quieras hablar vas a tener dos partes: la externa y la interna.
La parte externa incluye todos aquellos elementos del problema que no son tú mism@ (otras personas, situaciones, etc…). Estos elementos no son parte de ti. En algunos casos son otras personas con voluntad propia y en otros son factores tan circunstanciales como el tiempo atmosférico.
En la otra mano tienes la parte interna: TÚ MISM@.
Así que en cualquier situación que quieras mejorar siempre tendrás dos opciones: intentar cambiar la parte externa o intentar cambiar la parte interna
Como es lógico, producir cambio en los elementos externos para cambiar la situación va a resultar complicado en algunos casos e imposible en otros. Es difícil hacer que una persona cambie su forma de actuar y es imposible que hagas llover. En cambio producir el cambio en ti depende de una sola cosa: querer hacerlo.
Y aquí es dónde mi cerebro hizo click y me di cuenta de algo:
“DA IGUAL DÓNDE ESTÉ EL PROBLEMA, LA SOLUCIÓN ESTÁ EN MI” by Un tipo con suerte.
Pase lo que pase, siempre podrás cambiar uno de los elementos, tú mismo, para hacer cambiar la situación. Algunas veces el cambio en ti afectará a los demás factores y otras veces tendrás que aprender a tomar las cosas de otra manera. Pero en última instancia, serás tú quien tenga la solución. Eso no quiere decir que no tengas que intentar cambiar el mundo. Quiere decir que te acuerdes de que es tu mundo (el que ves con tus ojos) el que quieres cambiar y que cambiar de gafas o de postura puede darte una visión completamente diferente.
Te invito a que a partir de hoy, cuando tengas una situación que quieras cambiar en tu vida te acuerdes de que tú eres uno de los elementos de cambio. De hecho eres el más importante ya que eres tú quien quiere el cambio así que a ti te toca empezarlo.
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