El día en que me iban a matar, tenía el testamento hecho.
Ayer por fin recibí el tiro de gracia. Fue un tiro tan
limpio que no mancho la moqueta. Me llamó a su despacho y me comunicó que a
partir de ese momento no se contaba conmigo en la empresa. Contándome a mí, son
7 las bajas en 5 meses en una plantilla de 15 personas. Más de 27 muertos en
los dos últimos años. Pero no te vayas a pensar que se trata de la crisis
haciendo de las suyas. Se trata de la demencia, la locura y el cinismo llevados
a extremos más allá de lo concebible.
Puedes pensar que estoy dolido por el despido, pero no es
así, estoy dolido por los 5 meses de terrorismo laboral. 5 meses que han hecho
de hoy (por ayer) un gran día.
Por eso, aprovechando mi recién adquirida libertad de expresión,
hoy quiero denunciar al terrorista laboral y dar un consejo de apoyo a los
pobres compañeros que siguen en la trinchera. Para que recuerden que no están
solos. Hoy hago un homenaje extraño. Un homenaje a los vivos. Un homenaje a los
tipos con MALA suerte que siguen ahí. Aquí va mi historia, nuestra historia:
De mí llegada a la
empresa
Mi historia empieza cuando fui a vender a casa del lobo que
estaba vestido de abuelita. Me enseñó sus galletitas y me invitó a entrar. Así
que dejé mi empresa y me fui a lo que pintaba como un futuro prometedor. Un
puesto de responsabilidad en una escuela de formación con la posibilidad de dar
clases. Perfecto.
Nada más llegar vi que los compañeros (que ya no están en la
empresa, lo digo para evitar represalias) no se sentían nada a gusto con el Rey
del Castillo. Pensé que serían las típicas quejas fruto de una relación normal
entre jefe y empleado. Pero a los dos días empecé a ver cosas raras. Lo primero
fue ver como llegaban los proveedores al despacho del Torero y salían con dos
banderillas después de los primeros tercios. Como entonces era escudero del
señor feudal, estaba en todas las reuniones e iba viendo la cera gratuita que
se llevaban personas que, con más o menos gracia, solo venían a ganarse la
vida. Después vi que no era cosa exclusiva de los proveedores, sino que los
compañeros eran tratados de la misma forma lo cual servía para explicar el
malestar general.
Sin embargo, aún no había visto sangrar a nadie así que
pensé que la situación tenía remedio. Soy coach, podré ayudarle a darse cuenta
de que esta no es forma de tratar al personal.
Paralelamente, en mi trabajo, me empecé a dar cuenta de que
mis propuestas no tenían mucha salida. Pero mi opinión todavía contaba así que
de vez en cuando me consultaban sobre lo que soy experto. Pero curiosamente
solo se tenía en cuenta si se trataba de elogiar su trabajo.
De las primeras
muertes
Un día, al cabo de un mes, desapareció el primero. Nos llegó
una circular para avisarnos. Pero al ser la primera baja tampoco me llamó mucho
la atención.
Yo noté como mis ánimos iban bajando. Veía que era difícil
hacer mi trabajo bien y que el ambiente no era bueno. Pero aún era pronto para
juzgar así que seguí luchando por ser optimista.
Entonces llegó la nota… Estaba trabajando con un compañero
cuando se acercó otro (que ya no trabaja allí) y me dejó un post-it encima de
la mesa diciendo “Cuando lo leas, rómpelo”. Creo que no se me olvidará esta
frase en la vida. Leí la nota que decía “Está tu jefa mirando en tu ordenador”.
Mi jefa, la que me contrató y se le olvidó decir que es la
mujer del Don, estaba mirando en mi ordenador. ¿Qué estaba mirando? Todo mi
trabajo tenía acceso online con lo cual lo único que podía necesitar de mi
ordenador era la información personal que yo tuviera… Esperé a que ella misma
me lo dijera, pero no lo hizo. Y entonces entendí que ella era las SS. La
persona que se encargaba de buscar cualquier información que el otro pudiera
utilizar en tu contra. Vi que no estábamos en el mismo equipo. Que la persona
que me había contratado y se había autoproclamado mi mayor defensora, en
realidad no se fiaba de mí y me espiaba.
Eso despertó sentimientos muy contradictorios. ¿Cómo podía
trabajar para personas que no se fiaban de mí? Además, el hecho de que me
enterase a través de una nota clandestina me confirmaba que éramos la
resistencia sobreviviendo a la dictadura.
Pero el clímax de la historia aún estaba por llegar. El día
de mi cumpleaños, después de recibir la nota y verle las orejas al lobo, me
encontré por la noche con un compañero (que ya no trabaja allí) y me contó que
había nuevas bajas… Concretamente una deserción.
Efectivamente, el lunes al llegar a la oficina recibí un
correo informando de los cambios. Al parecer, habían ofrecido al desertor la
oportunidad de quedarse en otro puesto mejor. También aprovecharon la ocasión
para mandar al sótano (un auténtico cuarto de Harry Potter) a un compañero,
separarme del mío y recolocar (sin permiso) a otra chica. Curiosamente, con
tanto movimiento mandaron al desertor de un despacho (dónde estaba antes) a un
cubículo. Hay quien lo llama mobbing, yo lo llamo acoso laboral. Así que el
desertor decidió desertar, para mi admiración.
Así que después de la deserción definitiva, el Don aprovechó
para mandar a la siguiente chica en la lista negra al mismo cubículo aún
caliente de su último inquilino.
Varias han sido las escenas de película vividas; pero quizás
la más impactante tuvo a continuación. El Don nos reunió a todos en una sala
para explicarnos la situación. Aunque prometió no hablar mal del muerto, se
deshizo en piropos que empezaban en mentiroso y no sé dónde acababan. Todo ello
delante de un equipo impasible que tuvo la decencia de respetar al compañero.
Todos salvo uno, lengua de serpiente. Pero él da para otra entrada. La escena
recordaba a esa reunión con El Padrino explicando a sus colaboradores lo
dolorosa que es la traición mientras cada uno de ellos reza para que no le mire
directamente.
Y entonces hizo la pregunta. ¿Alguien cree que la situación
no está bien…? Se hizo el más absoluto silencio. Solo se oía el latir de los
corazones y la respiración contenida… Ingenuo de mí, aún creía que se podía
hacer algo. Quizás él no conocía el malestar porque la gente le tenía demasiado
miedo para decírselo. Así que vi la oportunidad de intentarlo. Le dije que
quizás llevaba poco tiempo en la empresa pero que me daba la sensación de que
tal vez teníamos mucha presión. El silencio se hizo más intenso esperando la
respuesta. Pero no hubo respuesta. Sacó su dedo pistola y apuntando a la sien
fue preguntando uno a uno si creían que había mucha presión. Nadie se mojó. No
les culpo, el miedo hizo su efecto.
Después de este episodio se calmaron las aguas pero se
sucedieron las bajas. 2 deserciones y 2 asesinatos. Todos ellos sin
comunicación oficial de la empresa.
De la alquimia del
excremento
Hay pocos seres malos, gracias a Dios. Pero aquellos
individuos con auténtica maldad, de esa que rezuma en cada bocanada de aliento,
son malos en todo. Y lo que ya se había constatado como una forma de maltratar
y tiranizar a los empleados, abanderillar a los proveedores, pronto traspasó la
línea roja. No se trata de falta de habilidades de comunicación (de las que se
jacta). Ni siquiera creo que no tenga empatía. Simplemente es una persona que
disfruta haciendo sentir mal a los demás. Son muchos los episodios que lo
demuestran y tampoco quiero entrar en ellos.
Y si tienes un mínimo de ética y amor a las demás personas,
un mínimo; no solo no quieres ver cómo lo hace sino que además no quieres ser
partícipe de ello. Y eso se hace complicado cuando trabajas para él. Cuando
sabes que tus esfuerzos le ayudan a seguir en su posición e incluso te toca
hacer el trabajo sucio.
Y así es como consigue la alquimia de la mierda (con perdón).
Convirtiendo todo lo que toca en excrementos. Consigue que gente muy válida
para su trabajo y con muchas ganas de dar el 100%, no quiera hacer bien su
trabajo. Consigue que no quieras ser tu mismo porque sabes que eso le beneficia
y llegas al punto de sentirte mal cuando consigues los objetivos.
Y al sumar el miedo (a las broncas y al despido) junto con
la alienación de la persona (fruto de la contradicción); se consigue que
alguien con mucho potencial, con compañeros geniales y en un puesto de trabajo
ideal; se anule como persona y se convierta en un bote de ansiedad. Es tanta la
anulación que se eliminan hasta las ganas de luchar o moverse. Y solo queda
esperar al tiro de gracia. Ese tiro que sabes que llegará independientemente de
lo que hagas. Como el conejo delante del camión.
Amenaza de
liberación
Pero lo curioso del asunto es que, su mayor amenaza, el
tiro, el despido; es en realidad lo único bueno que puede y va a hacer por ti.
Porque os prometo chicos, que esta noche he dormido a gusto por primera vez en
varios días.
Así que ha llegado el momento del mensaje a la resistencia:
move before you have to . Por eso, el día que me iban a matar, yo ya tenía el
testamento hecho y ya tengo dos entrevistas en una semana. Saltad rápido que
llega el camión.
Sublime. Perfecto. Pese a la realidad que transmite es un gusto leerlo y me encantan tus eufemismos, describen la realidad de manera muy elegante. Todo un señor.
ResponderEliminarPero lo peor de todo esto es que creo que, en ciertos aspectos, cuando el trabajador es de su agrado, el Rey del castillo vive en la más absoluta ignorancia, en su mundo burbuja. Cree que lo que hace está bien, y tiene una percepción errónea de las consecuencias de sus actos. Es decir, cree que estos hacen bien al trabajador y que estos los reciben de buen gusto. Por otro lado, creo que tiene una falta muy grande de autoestima, lo que hace que continuamente intente sobresalir por encima de los demás, incluso en temas totalmente triviales, adoptando una actitud pueril.
También aclarar que si que es consciente del daño que hace cuando tiene a un empleado en su punto de mira, entonces emplea otro arsenal para comenzar la guerra.
En fin, espero que poco a poco vayan desapareciendo este tipo de situaciones en el mundo laboral.
Ah, y una cosa que debe aprender es que un jefe no es sólo un jefe, sino también un líder.
------------------------
Tu ya estás en la gloria.
Mucha suerte en las entrevistas tipo con suerte :)
Yo creo q, d vdd, viene algo mucho mejor. Echale ganas!!! Eres una persona que tiene demasiado para dar aún.
ResponderEliminarMucho animo, por que como eres 1 tipo con suerte,
ResponderEliminarhay 1 futuro brillante esperándote !!! M.
El señor feudal se ha quedado sin su mayor escudero. Tranquilo, todo malvado de película acaba recibiendo su merecido, él no será una excepción. Por lo pronto, da todo lo mejor de ti en las entrevistas. Eso sí; asegúrate esta vez de quien lleva el camisón de la abuelita, antes de probar sus galletas.
ResponderEliminarMagnífico relato, gracias. Los que conocemos al personaje, y en algun momento hemos llegado a admirarle (a lo lejos, eso sí) nos avergüenza. Así va España... Con adalides morales como él ;-)
ResponderEliminarPor lo que yo sé de ese castillo, me parece que has descrito muy bien la situación.
ResponderEliminarHas hecho muy bien en escapar. Ese supuesto rey terminará más solo que la una.
Hola, tipo con suerte. Sé de ti por alguien muy cercano y al que quiero muchísimo, así que me consta que eres un crack. ¿Y qué hace un crack sano mentalmente en un psiquiátrico dónde el director está para que le pongan camisa de fuerza?. Porque de rey nada. Es un pobre desgraciado. El que gusta de ser adulado, es digno del adulador, como dijo el gran Shakespeare.Ya mismo estarás en otro lugar, alguien como tu es seguro que lo consigue.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Eres un crack. Si tuviese una empresa ya estabas contratado. Yo soy uno de esos fugados... tuve la suerte de verlas venir y ya tenía otro trabajo cuando el Don quiso darme el tiro de gracia... Resumes muy bien el sentimiento de muchos y para los que ya estamos fuera es un desahogo ver cómo alguien ha expresado de forma redonda un sentimiento con tantos vértices. Hay mucho mundo ahi fuera y mucha gente que aprecia el talento. Espero que tengas tanta suerte como tuve yo y encuentres el trabajo que te mereces. Un abrazo!
ResponderEliminarCreo que no nos conocemos, y aun así no podría sentirme más identificado con lo que has escrito. Qué gran entrada, qué bien escrita, y qué cantidad de verdad contiene. Sólo me da pena que el reyezuelo haya conseguido que lo tratemos como "aquel cuyo nombre no debe ser pronunciado", y que todo esto no aparezca de verdad relacionado con el nombre de su pequeño reino.
ResponderEliminarEl ritmo con el que sale de allí huyendo la gente es seguramente la mejor prueba de que algo no funciona, máxime cuando estamos en una situación en la que dejar un trabajo es un lujo que difícilmente podemos permitirnos. Con todo, dejarlo es lo que deberíamos hacer todos en cuanto vemos lo que allí se cuece, aunque después de tantos casos no creo ya ni que le afecte lo más mínimo.
Curioso el caso del reyezuelo que se tiene por el jefe ideal, cuando es la persona con menor capacidad de delegación que he conocido, alguien con ninguna habilidad para el trabajo en equipo, para el trato humano o para la gestión de un grupo de trabajo compuesto por personas. No sé si encaja mejor en el perfil de un psicópata clínico o de un sádico; cuando alguien concentra tantísimo mal en su persona me resulta difícil saber si lo hace conscientemente o si ni siquiera se da cuenta.
Leer su cuenta en twitter o su proyecto de página web permite también darse cuenta de la clase de ególatra narcisista ante el que nos encontramos. Alguien que se cree salvador del mundo y que está convencido de que si todos los empresarios del universo fueran como él no estaríamos atravesando esta crisis y todos serían mucho más felices en un mundo más justo. Curioso también, por tanto, que quien se dedica sistemáticamente a humillar a los que lo rodean crea tener la llave para un mundo mejor. Quizá sea mejor en su escala de valores, ésa por la cual nadie es capaz de llevar a cabo cualquier tarea ni lejanamente con la eficacia, eficiencia y calidad con las que él mismo lo haría. Si fuera por él, sus días tendrían 48 horas, y así podría él mismo ser toda su empresa y salvarnos del fin.
Ánimo a todos los que habéis conseguido salir, y más aún a los que todavía seguís en las mazmorras. Creedme, por mucho miedo que haya conseguido alojar en nuestro interior, el día que le hagáis frente y lo dejéis en su torreón, será el día en que os quitéis de encima el mayor peso de vuestra vida.
Muchas gracias a todos los comentarios por el apoyo. Creo que deja patente que realmente hay un problema.
ResponderEliminarAl escribir la entrada no pensaba en que tanta gente la leería ni que se escribirían tantos comentarios. La única idea era aprovechar la libertad de expresión para denunciar una situación (que no a una persona o entidad, por ello no pongo nombres) que hace daño a tanta gente y poder dar apoyo a la gente que sigue en esa situación. Y aunque no había pensado hacerle llegar la entrada a las personas en cuestion, tenía la esperanza que si llegaba serviría para recapacitar y para replantearse la forma de hacer las cosas. Porque ver que varias personas se sienten o se han sentido así debería ser un buen motivo para plantearse si hay otro camino para llegar al éxito. Pero eso ya dependerá de la capacidad de cada uno para recapacitar y mejorar. Sería una gran noticia saber que algunas cosas han cambiado.
Tanto el Don como la Doña son dos víboras sin corazón que mienten a alumnos y a empleados y viven en su universo de lujo con coches y mansiones que han pagado con el sueldo de otros.
ResponderEliminarLo que deberían hacer los que todavía siguen ahí es irse todos a la vez. A ver si entre los dos levantan el mundo.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarComo dije en el comentario anterior, esta entrada pretende denunciar una situación, no a una entidad ni a unas personas, con la idea de dar apoyo a la gente que la sigue sufriendo. Además, estaba pensada para que en caso que la lean las personas implicadas, entiendan como nos sentimos los que hemos estado en esta situación y se den cuenta de que cambiando algunas cosas se acabaría con este malestar.
ResponderEliminarEn cualquier caso, las personas implicadas que pueden hacer algo por cambiar la situación, ya saben de quién se trata. El resto de gente, por suerte o por desgracia, no puede hacer nada al respecto. Por eso decir nombres de empresa o personas no va a aportar nada a la solución. Solo serviría para hacer daño a la empresa que seguramente tomaría represalias contra personas que ni siquiera han tenido nada que ver con este escrito. Ademá, si ya has leído este blog, sabrás que la idea es generar buen rollo y ayudar a la gente a ser más feliz. Si la entrada sirve para que algo cambie, habrá valido la pena. Pero si se usa para atacar directamente se pierde toda la razón.
Por esa razón he suprimido el comentario anterior y por os pediría que esta historia siga siendo 'ficticia' y no se diga ningún nombre.
Muchas gracias
No hace falta que pongas nombres, los que leemos esto y cualquiera que indague un poco descubrirá que lo que hay en ese sitio es podredumbre, tiranía y esclavitud.
ResponderEliminarEmpleados amargados por una mierda de sueldo. Empleados que van a trabajar rezando por que ese día no les toque reunirse con el tirano.
Yo ya me fui hace tiempo, y doy gracias al cielo. Dormía con un nudo en el pecho. Y eso no es sano.
Acabo de leer tu post y no puedo estar más de acuerdo contigo. La presión y acoso psicológico que sufren los trabajadores de esa escuela está por encima de los límitea de lo moralmente soportable.
ResponderEliminarYo salí de ahí hace unos años y sólo querría añadir un pequeño detalle que te ha faltado mencionar: cada vez que un trabajador abandona el castillo, el don y la doña practican lo que se suele llamar "acoso y persecución". A través de redes sociales persiguen, espían y bucean en la intimidad de aquellos que ya se han ido. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Acaso tienen miedo de lo que puedan contar fuera de sus murallas? Entran todos los días en los perfiles de LinkedIn de sus ex empleados, probablemente buscando motivos para ridiculizarlos delante de los demás. "Mira, está en el paro", y una sensación de alivio colma su sed de mal de un gozo indescriptible: porque sólo desean el mal para los demás. Sólo desean el fracaso para los que no están ya sometidos a su yugo. Tienen mucho tiempo libre. Demasiado tiempo libre. Asco, repugnancia, es lo que me despiertan. Ojalá las matrículas vayan en picado y se hundan en la miseria. Entonces entraré yo en sus putos perfiles de Linkedin, que no tienen estudios universitarios, para reírme a gusto. O no. Porque en realidad no me importan sus míseras vidas en absoluto.
No puedo estar mas de acuerdo contigo, y corroboro que mucho tiempo despues, ese hombre sigue haciendo daño a mucha gente, llegando a llevarles a situaciones increibles de ansiedad, e incluso de enfermedad fisica. No se como algunos pueden dudar que el Demonio existe. Esta bien vivo, y tiene despacho propio. Tu descripcion es brillante y absolutamente real. Y yo añadiria algo mas: en realidad La Doña no es mas que otra de sus victimas. Muchos hemos visto como la maltrataba verbalmente y la hacia sentir absolutamente inutil e inferior. Lo malo es que ella, en lugar de salir corriendo como una valiente, en busca de su felicidad, se alio al enemigo, y acabo pareciendose a el. Pero ella jamas sera como el. No esta hecha de esa mala pasta. No me extrañaria que en privado hubiera llegado a levantarle la mano. Tanto odio dentro al final desborda y se manifiesta de las maneras mas repugnantes, como el maltrato fisico. Y todo eso por su complejo de inferioridad, porque sabe que sin sus azotados subditos no es nadie (y digo mas, que todos ellos valen mas que el, aunque fallen en los test de actualidad de la noticia que se acaba de leer y sobre la que baja corriendo a preguntar a todos los demas para humillarles una vez descubierta su "ignorancia" en aquellos temas que solo a el le interesan). No hay por que temer. A todo CERDO le llega su San Martin.
ResponderEliminarM
ResponderEliminarYo fui alumna y el tipo es un incompetente. "No trabajarás nunca de tu profesión" con patatas se lo ha comido. Menuda banda de ladrones.
ResponderEliminarYo fui alumna y el tipo es un incompetente. "No trabajarás nunca de tu profesión" con patatas se lo ha comido. Menuda banda de ladrones.
ResponderEliminar