Crítica a las crítcas
Bienvenidos a la crítica a las críticas. Un sudoku de las
palabras sin más fin que la propia diversión. Un descanso a los contenidos para
disfrutar del conteninente. Esta semana no busques la razón. Si quieres encontrarle
un sentido, tómame como un crítico cinéfilo. Tómalo como esa crítica de la que,
después de leerla, desconoces la película. Hoy voy a hablar sin decir nada. Voy
a buscar la emoción sin motivos. Jugaremos a crear sentimientos desde la sin
razón. Tómalo como la granada que se explota a si misma. Hoy usaré los palabros
para apuntar a sus creadores. Le daré una vuelta de tuerca al lenguaje hasta
hacerlo turco. Usaré palabras aleatorias. Perderás el norte y te frustrarás.
Sentirás rabia sin saber contra quién.
Bienvenidos a la crítica a las críticas. Un oda a la
risoterapia. Pero no esa risoterapia fresca de verano de nuestras cañas y
tapas, sino la risotreapia más negra y dura. Comedia esdrújula, ácida, mórbida,
crítica y cínica. Palabras afiladas para dañar el mundo que nos oprime y en el
que creemos sobrevivir. Hachazos a diestro y siniestro contra todo aquel que se
nos acerque. Tiros al aire. Asesinato de clichés y maltrato de maltratados.
Juicio de los verdugos que carecen del poder que les damos. Ofensa a dioses en
los que no creemos.
Empezaré con algo que entiendas y te moleste. Algo que
encienda la llama de tu combustible. Un tópico adornado de gótico. Una creencia
disfrazada de ley matemática. Un antisistemalismo social. Luego lo
ejemplificaré con guirnaldas y antes de acabar la frase me habrás vendido tu
alma.
Vivimos en un mundo estúpido que nos grita no fumar desde
una cajetilla de tabaco. Un mundo de hipocricia parlamentaria.
Con tu voto en mi respaldo, con la razón por delante, con la
llama prendida, voy a echar leña al fuego. Para no ahogarlo, primero echaré
madera seca. Palabras gastadas, masticadas. De segunda o tercera mano. Una
lista de ismos, istas que aviven la llama.
Vivimos en un mundo capitalista, socialista, anarquista, egocentrista
dominado por el capitalismo, el socialismo, el anarquismo y el egocentrismo.
Todos son unos conformistas, nihilistas, sufragistas, machistas, falangistas,
pristas y peronistas.
Y ahora llega lo mejor, lo más divertido. El laberinto de
adverbios. Las quimeras falácicas. Los anaforismos metafóricos. Las
conjugaciones adjetivales y los sintagmas griegos. La rocambolesca decoración del andamio.
Porque todos sabemos que las subprime son cosa del gobierno
que invierte en bonos basura en Grecia para que ésta vuelva al Dragma. Mientras
tanto, Angela merkaliza la universidad pidiéndonos que subamos las tasas para
tener fruta barata en Francia. Eso despierta a Hamelin y sus perroflautas para
okupar Sol y atacar a los comercios que llaman a la policía. Los banqueros
pagan a Arturo para que se independice de casa mientras ristras de indignados
desahuciados toman el congreso. Hay que vaciar las plazas de toros para poder
entrenar a los maderos que se torean en Neptuno.
Ahora que sientes indignación y miedo. Ahora que tienes
rabia contra las únicas palabras que has entendido del discurso. Ahora es el
momento de poner el broche final a este sainete. Solo hay que marcar el
objetivo. Señalar el blanco y todo lo demás correrá de tu cuenta. Lanzarás el
cocktail-molotov de cava ácido. Denegarás la presunción de inocencia. Opinarás
de lo desconocido y asegurarás desde la ignorancia. Dispararás a bulto. Matarás
por la paz. Gritarás por el silencio.
Y cuando se apague el fuego solo te quedarán las manos
llenas de sangre. Buscarás al asesino y encontrarás el arma del crimen. En tu
maletero. Junto al periódico del día. Manchando la página de la crítica
original.
Intenso y un poco escalofriante. Una amalgama de sentimientos y sentires sin sentido ninguno, sólo para disfrutar de sentir, en toda su variedad y con todos los matices. Interesante.
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