miércoles, 13 de febrero de 2013

La cachiteoría de las expectativas


La verdad es que ando con un mes bastante malo y algo desmotivado así que he estado dándole vueltas a la motivación y me he acordado de una teoría bastante interesante que aprendí hace tiempo. Así que esta semana comparto contigo la teoría de las expectativas, a ver que te parece.

Esto no se me ha ocurrido a mí, lo dijo un tal Victor Vroom hace ya unos días. Así que si quieres saber la verdad, solo tienes que buscarla en Google. Y sino, te planto un resumen de esos divertidos pa entendernos.

El señor Vroom decía que tienes más ganas de trabajar cuando esperas que te salga bien y esperas tener una recompensa que te guste.

Y te preguntarás, ¿porqué la llama la teoría de las expectativas? Pues básicamente porque tienes que trabajar  antes de tener los resultados y de que te den la recompensa. Así que todo lo haces a la espera (expectativa) de que vas a conseguir los resultados y que te darán una recompensa que te guste.

Pues vaya tontería evidente. Tienes razón, si se te hubiera ocurrido a ti te habría citado al principio de la entrada  y si se me hubiese ocurrido a mí la habría llamado la CHACHITEORÍA CUÁNTICA DE LA MOTIVACIÓN. Pero como se le ocurrió a él, nos tendremos que conformar con la teoría de las expectativas.

Como diría la mamá de una adolescente, vayamos al grano. Para empezar, hay que hablar de tres conceptos:

Esfuerzo: El trabajo que haces.
Resultado: Lo que obtienes fruto de tu trabajo.
Recompensa: Lo que te dan por los resultados.

Hasta aquí no hay ningún misterio. La gracia está en la relación entre estos conceptos:


Esfuerzo-Resultado

¿Cuándo curro consigo los resultados que espero? Si la respuesta es SI, verás que el esfuerzo sirve para algo así que ya empiezas a plantearte trabajar. Si la respuesta que es NO, ¿para qué trabajar?

No solo tienes que ver que esforzarte tiene resultados, sino que también es importante conocer el ratio resultados/esfuerzo. Con este esfuerzo, ¿qué resultados consigo?

Por ejemplo, está claro que si practicas 8 horas al día con la guitarra, al final serás un Paco de Lucía. Pero no creo que eso te motive demasiado. La clave es saber cuántas horas necesitas para aprender una canción nueva.


Resultado-Recompensa

Si ya has visto que trabajando consigues los resultados, lo siguiente que te preguntarás es ¿y yo qué gano con esto?

Conseguir los objetivos por si solo no te motiva, lo que te motiva es la recompensa que tienes al conseguirlos.

Como pasa en el punto anterior, también es importante conocer el ratio recompensa/resultados. ¿Cuántas canciones tengo que aprender con la guitarra para ligarme algún chico o chica?


Recompensa-Satisfacción

Por último, tienes que ver que la recompensa que recibirás realmente te gusta. Por ejemplo, si las 10 canciones que te has aprendido te han servido para ligarte al primo feo de la niña del exorcista, vamos mal. Por muy claro que veas que el esfuerzo lleva a resultados y los resultados a una recompensa, si no te gusta, se fastidia el invento.



Hasta aquí la chachiteoría de las expectativas. Y te preguntarás ¿para qué narices me sirve esta chachiteoría?

1) Pues bien, en primer lugar mola. Así que de nada.

2) En segundo lugar, te sirve para encontrar la causa de tu desmotivación y trabajar en ello. Quizás te ayude a cambiar tus esfuerzos o a pedir otras recompensas.

3) Por último, si tienes colaboradores en tu empresa, un equipo de futbol o un par de hijos, esta teoría te ayudará a motivarlos.

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