¿Hablas de hechos o emociones?
Muchas veces cuando discutes con otra persona te lías a
hablar de los “hechos”. Es que tú has
hecho esto que está MAL. Por supuesto, la otra persona dirá que está BIEN. Y
como cada uno tiene su punto de vista, será muy difícil llegar a una conclusión
común.
Por ejemplo, tu madre te dice que es muy importante
desayunar todos los días y tú pasas tres pueblos porque prefieres dormir 5
minutos más. Por más que discutáis, tu madre seguirá diciendo que desayunar te
ayuda a estar más despejado (lo cual es completamente cierto) y tu seguirás
diciendo que nadie se ha muerto por no desayunar ( lo que también es verdad salvo
que tampoco coma ni cene, pero eso ya es otra cosa). Podríais hacer una
convención mundial sobre el desayuno ¿pero sabes qué? Da igual a qué conclusión
lleguen los científicos de todo el mundo porque la discusión no va de eso. La
discusión no va del hecho en sí. La discusión no va de desayunar o no.
La discusión va de la importancia que tiene el tema para
cada uno y los sentimientos que genera. La discusión va de que para ella es
importante seguir siendo útil como madre y ayudarte a mejorar mientras que para
ti lo importante es ser independiente y poder tomar tus propias decisiones. La
discusión también va de sentimientos. De cómo tu madre siente que ya no eres un
punto de referencia para ella porque no le haces ni puñetero caso y de cómo tu
sientes que tu madre no ve que has madurado y menosprecia tu capacidad para
salir adelante.
Más allá del ejemplo en concreto, en estas discusiones te
centras en los hechos como si fueran una ley. Intentando tener la razón.
Buscando expertos en cada lado para que te la den. Pero da igual cuanto rato
hables, la otra persona siempre tendrá argumentos para no darte la razón.
Así que esta semana te propongo una vía alternativa de discutir
con alguien. Hoy te propongo: el diálogo emocional.
El diálogo emocional consiste en dejar el hecho a un lado y
hablar de cómo te sientes y la importancia que tiene para ti. Cambiar el esto
es así por esto hace que me sienta así. Cambiar el tienes que ser más puntual por el hecho de que
llegues tarde me hace sentir bastante incómodo.
Como ves, la primera consecuencia es que se acaba la
discusión. Si dices tienes que llegar a la hora, tu amigo te contestará que
no es médico y que no se va a morir nadie por llegar tarde. Y tendrá razón. Sin
embargo, si tu le dices que esperar te sienta mal, es indiscutible porque no
hablas del hecho sino de tus sentimientos y tus sentimientos son indiscutibles.
Además, si empiezas a hablar de tus sentimientos empezarás a
preguntarte cosas como ¿cuáles son
realmente mis sentimientos? ¿me preocupa la impuntualidad o perder mi tiempo?
¿mi enfado es proporcional al agravio?
Cuando acabes de preguntarte como te sientes tú, te saldrá
una duda ¿y el otro como se siente? ¿puede que esta discusión también le siente
mal?
Por otro lado, al hablar de tus sentimientos, la otra
persona también se empezará a hacer las mismas preguntas.
Como ves, el diálogo emocional se olvida por completo del
tema de desayunar o ser puntual y te permite conocer tus sentimientos y los de
la otra persona. Y como los sentimientos no están bien ni mal, se acabarán las
acusaciones y empezarán las soluciones.
Pero aún queda el punto más importante, ¿qué hacemos con el
tema? Al subjetivar el asunto, ya no se trata de si está bien o mal sino de lo
que tú quieres para sentirte mejor. Entonces te darás cuenta de que cuando
antes decías tienes que llegar puntual porque es lo correcto realmente
querías decir por favor, ¿podrías llegar puntual ya que esperar hace que me
sienta mal?.
Y eso lleva al último y gran punto del diálogo emocional.
Las discusiones sobre el bien y el mal se convierten en peticiones. Tú le pides
a otra persona algo que es importante para ti. Así que te invito que te
preguntes ¿es realmente importante para mi? ¿es importante para el otro? Y por
supuesto no te olvides de una cosa, cuando pides algo a otra persona, tiene el
derecho a decirte que no. Pero eso ya será para otra entrada.
¡Prueba el diálogo emocional y me cuentas!
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