miércoles, 29 de agosto de 2012

Matrix


Ya hemos visto en varias entradas que esto de sufrir no nos gusta mucho y que intentamos evitarlo de muchas maneras. Hablando con coachees (clientes de coaching), uno de las herramientas que más usan para evitar sufrir es ponerse una armadura, un escudo. Algo que les distancia de los demás y les permite protegerse.

Aunque cada armadura es diferente, estas armaduras se basan en no compartir tus opiniones e ideas con los demás para que los demás no puedan aprovecharse. Además, encierra los sentimientos y emociones propias para que nadie sepa como te sientes y no puedan hacerte daño. Y por último, se guarda una distancia de seguridad con los demás, evitando implicarte emocionalmente (coger afecto, cariño, etc…).

En teoría con esto consigues cerrarte y evitar que te hagan daño. En teoría. Lo que pasa es que en la práctica no funciona tan bien. En la práctica llevar armadura te pone a la defensiva y te crea mucha tensión. Y lo peor de todo, esa armadura no te protege. Si alguien te hace daño te duele igual.

He llegado a la conclusión de que nos pasa como en Matrix la película. El protagonista, Neo (Keanu Reeves), se conecta a un ordenador para entrar en un mundo virtual, Matrix. Aunque este mundo es virtual, si se hace daño o incluso muere en Matrix, su cuerpo se hace daño o muere en la vida real. Eso pasa porque el cerebro interpreta que es real y ordena a su cuerpo que muera.

De la misma manera, cuando alguien te insulta, el malestar que te produce no viene de sus palabras sino de cómo lo interpretas y lo sientes. Así pues, el problema no está en Matrix (en lo que hagan o digan los demás) sino en como lo sientes tú. Por eso, por más que te pongas armadura, eso no te puede proteger porque el daño viene de dentro.

Y si el daño proviene de tu mente (o corazón), ¿crees que la armadura te sirve para algo? 

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