Hace tiempo que se ha puesto moda ese
otro tipo de inteligencia, la inteligencia emocional. Hoy en día hay que tener inteligencia emocional para todo.
Con tu pareja, con tus amigos, hasta en el trabajo es un requisito
indispensable la inteligencia emocional. Hay cursos de inteligencia emocional,
libros de inteligencia emocional y hasta recetas de inteligencia emocional (con
versión para celíacos).
Pero, ¿qué es eso de la inteligencia
emocional?
Creo que es una de esas expresiones
que oyes e incluso usas a diario pero que te costaría poner en una frase.
Goleman la define como la capacidad de reconocer y manejar las emociones
propias y ajenas.
Aaahh… ahora te queda todo claro,
¿no? Pero la pregunta clave es ¿para qué te sirve esto a tí?
Pues bien, las emociones son un
mecanismo que tiene el cerebro para adaptarse a las situaciones condicionando
tus decisiones. Por ejemplo, el miedo te hace ser prudente y evitar l os
peligros. La rabia te sirve para prepararte para luchar. La tristeza sirve para
dar pena y hacer que otras personas te ayuden, etc…
Hasta ahí bien, el problema es que,
como hemos dicho, esas emociones condicionan tus acciones y a veces no se
adecuan a la situación. Por ejemplo, sentirte superfeliz (euforia) hace que
tengas menos miedos de las consecuencias de tus actos y corras riesgos
innecesarios. Por el contrario, cuando estás triste te da más pereza hacer
cualquier cosa y es difícil empezar las acciones que necesitas para sentirte
mejor. Así que parece que estás emociones que tendrían que ayudarte, hay veces
que no lo hacen.
¿Entonces lo ideal sería poder evitar
las emociones para asegurar que eres racional en todo momento? No. Como ya
hemos visto, las emociones sirven para adaptarnos a la situación. Se ha
estudiado a personas que han sufrido una lesión en el cerebro que corta las
conexiones con las emociones. Aunque estas personas conservan el mismo
coeficiente intelectual que antes y son capaces de razonar, son incapaces de
tomar decisiones y se sientes bloqueadas. Eso pasa porque las emociones te
ayudan a ponderar la situación y a descartar entre las mil y una opciones que
se te plantean.
Como puedes ver, esto de las
emociones es un lío. Parece que sirven para algo pero a la vez te perjudican. ¡Y
todo ello sin entrar en las emociones de los demás!
Efectivamente son complicadas y es
por eso que aprender a gestionarlas requiere inteligencia (esa famosa
inteligencia emocional). Para empezar este camino, Goleman propone aprender a
identificar tus propias emociones.
Parece lógico que antes de ver si la emoción
que sientes te ayuda o te perjudica y mucho antes de intentar cambiarla por
otra, aprendas a reconocer qué emoción es.
Esta semana te propongo una cosa que
llevo probando un tiempo y que me parece super interesante. Se trata de
aprender a reconocer tus emociones cuando las sientes.
¿Cómo se hace?
Cuando te des cuenta de que estás en
una emoción intensa (alegría, pena, rabia, etc…) no la intentes cambiar, ni
siquiera analizarla, solamente cerrar los ojos y sentirla. Parar un momento y
decir “estoy sintiendo alegría/rabia/tristeza…” y ver con curiosidad qué te
pasa. ¿Cómo te sientes?¿Y tu cuerpo?¿Qué ideas te vienen a la cabeza?
En este proceso es importante ponerle
un nombre, el que quieras (da lo mismo enfado, rabia o cabreo). Ponerle una
palabra en concreto te ayudará a reconocerlo. Las próximas veces que sientas
algo parecido siente si te pasa lo mismo que la última vez o si se trata de
otra emoción (a la que ponerle otro nombre).
Aquí te dejo un
esquema que sirve para clasificar las emociones y que te puede servir de guía.
Es posible que te cueste darte cuenta
durante la emoción o que solo te fijes en unas emociones en concreto. Para
evitarlo ponte la alarma un par de veces al día y cuando suene pregúntate “¿Qué
estoy sintiendo?”. Eso te ayudará a reconocer emociones menos intensas.
¿Para qué sirve?
Poco a poco aprenderás a reconocer
tus emociones y tus estados de ánimo. Seguramente te sorprenderás que en
algunos momentos verás que estabas en una emoción diferente de la que pensabas
(es muy habitual creer que se está alegre cuando en realidad estás enfadado, o
ver que no era rabia sino miedo lo que sentías).
Además, ser consciente de tus
emociones te ayuda a entender porqué actúas como lo haces.
Por último, es muy divertido e
interesante. Quizás sea cosa mía que me estoy volviendo freaky de estas cosas,
pero sentir la emoción te lleva a vivirla de otra manera, especialmente con las
negativas. Pero eso ya es tema para otra entrada.
Pruébalo y cuéntame que te parece.
Viatjant de lloc en lloc me trobat en aquest bonic balneari, per descansar-hi una mica. La veritat que si esta bé aquí i hi ha bona conversa!
ResponderEliminarAnem al gra i la part final, em sembla molt interessant la part que dius d'observador. Jo l'havia portat a terme, però amb una altra emoció que no nombres gaire (o gens) i que és la més perillosa: la por. Però no em refereixo a la por animal, i.e., m'aparto del mig o m'atropellen, em refereixo a La Por, la por al canvi.
Afegiré una petita cosa al teu text, del qual m'ha agradat el ritme. Quan fas d'observador, tanques el ulls i poses nom a la sensació (algo molt científic això d'etiquetar), és molt important que no siguis un observador estàtic! pots perdre la essència del sentiment, has de veure el moviment d'aquest sentiment.
Ja dic que jo només ho havia provat amb la por, i potser és el més difícil... Per tant, et faré cas i provaré amb les altres sensacions.
Gràcies!
Hola Iain! Quina alegría tenir-te per aquí!
ResponderEliminarM'agrada molt la idea de l'observador dinámic. Efectivament hi ha gran part de l'esencia de l'emoció en el moviment. Fins i tot pots anar un pas més enllà i experimentar amb l'emoció. Tot i que no t'ho recomanaria amb la por ja que és molt fàcil que se'n vagi de les mans.
En quant a la por... Com et dic, es difícil observarla sense donar-li més poder i caure a les seves mans. Pero no deixa de ser interesant. Potser abans et recomanaria llegir l'entrada sobre la por que vaig escriure per tenir eines per sortir. En qualsevol cas, tu ja hi has estat així que millor ensenya'm!
http://un-tipo-con-suerte.blogspot.com.es/2012/03/contra-el-miedo.html