Seguro que te ha pasado alguna vez eso de estar con alguien
a quién no conoces de nada y no sabes de qué hablar. Típica situación de mesa
de boda o de fiesta en casa de un amigo con “sus amigos”. Te ves cara a cara
con una persona y todo lo que sabes sobre ella lo podrías escribir en un
post-it (en una sola cara). Realmente piensas no tengo nada que decir. Pero para tu desgracia, no hay escapatoria
posible.
Esos momentos suelen ser algo incómodos, no traen mucho buen
rollo y te pueden fastidiar la noche. Pero lo peor de todo es que quizás te
estés perdiendo a una gran persona por no romper el hielo.
Ayer me pasó una de esas. Un amigo vino de visita con “su
chica” a la ciudad y me invitaron a cenar en el apartamento que habían
alquilado. Mi gran amigo se quedó
frito y me dejó hablando con ella. Si hubiera tenido un post-it habría escrito:
Chica maja.
Vende motosierras.
Como ves, la noche no prometía mucho, pero al final salió
bastante bien. El tema de las motosierras dió para un par de horas y aún podríamos
haber seguido. Ella me dijo que había conectado mucho conmigo (no vayas a pensar
mal) y otra amiga que vino me dijo que le había sorprendido que yo pudiera
hablar de cualquier cosa.
Así que esta semana se me ha ocurrido compartir unos
truquillos para sacar el jugo a ese post-it, conocer a una persona y disfrutar
de esas situaciones incómodas.
1. Evidenciar
Cuando te ves en esa situación, lo primero que sientes es un
gran aislamiento, una desconexión total que viene a ser algo así como: ¿de qué
hablo yo con este desconocido? Y sientes que no te une nada a esa persona.
ERROR. Te une algo muy evidente, esa persona siente lo
mismo. Para él o ella, la situación también es rara y es posible que su post-it
sea más pequeño que el tuyo.
Pero la educación te dice que no lo puedes decir en voz
alta. Está mal decir vaya situación más
rara. ¿Está mal? Yo creo que la educación dice que hay que hacer que la
otra persona se sienta bien y creo que intentar omitir lo obvio es bastante
incómodo. Así que yo te recomiendo lo contrario. Una buena forma de romper el hielo puede ser bromear sobre
lo raro de la situación.
Con eso conseguirás
eliminar la tensión de estar actuando. Era evidente así que no tiene
sentido mentir. Además, te ayudará a conectar con la otra persona. Los dos
tenéis algo en común, la situación. Ya no eres un desconocido sino que eres una
persona que no conoce pero estáis juntos en esto. Estáis en el mismo equipo.
2. Preguntar
Bueno, ya has hecho la broma y os habéis reído. ¿Y ahora
qué? Por más que miras tu post-it, no aparecen más temas de los que hablar.
Un clásico de los rompe-hielos es empezar a preguntar por
datos personales. ¿De dónde eres? ¿Qué edad tienes…? Bla bla bla… Puede ser una
buena forma de empezar y te dará conversación para 5 o 10 minutos más (depende
de lo generoso de sus respuestas). Pero seguir ahondando es algo arriesgado.
Para nuestra desgracia, tenemos tendencia a juzgar y miedo a que nos juzguen
por lo que somos. Así que si me preguntas de dónde soy (Tarragona) y luego
indagas sobre el independentismo catalán, te puedes meter en un embolao sin saber como.
Así que te propongo que centres la conversación en la
ocupación (que no trabajo) de la otra persona. A lo que se dedica. Y en este
punto hay dos posibilidades:
a) Sabes de lo que habla: Resulta que se dedica a lo mismo que
tú. Genial, ahí podéis tener charla para horas siempre que:
- No te metas en temas polémicos. A menos que estés seguro
de que piensa igual que tú, no es muy recomendable hablar de la típica polémica
del sector si no quieres acabar discutiendo.
- Si quieres bordarlo,
habla sobre las dificultades de su posición. A todo el mundo le gusta hablar de
lo difícil que es su trabajo y nos encanta encontrar a alguien que nos escuche
y entienda. Si lo consigues, no solo tendrás charla para toda la noche sino que
además habrás hecho una nueva amistad.
b) No tienes ni idea de lo que habla: Resulta que la persona en
cuestión es experta en motosierras y tú (y yo) no tenemos ni la más mínima
idea. Aunque pueda parecer contradictorio, esta es una de las situaciones más
fáciles. ¿Cómo lo haces?
- Pregunta por los aspectos técnicos de su trabajo.
¿Técnicos? Si, técnicos. Cómo si estuvieras en una clase. La otra persona
cogerá el rol de profesor. Como es experto en el tema se sentirá muy cómodo
hablando y te lo explicará todo poco a poco, para que lo entiendas. Por tu
parte, como completo ignorante, podrás preguntar cualquier cosa sin parecer
estúpido (no tienes porqué saberlo), con lo que también te relajarás. Conforme
te vaya explicando puedes ir preguntando las cosas que no entiendas y tendrás conversación
para horas. Además aprenderás muchas cosas que podrás meter en tu baúl de los
recuerdos.
- El baúl de los recuerdos: Sabes muchas más cosas de las
que crees. A diario ves y oyes muchas cosas sobre muchos temas diferentes. Un
documental sobre el hormigón en la tele, un amigo que te cuenta un problema con
su coche… Si estás un poco atento, puedes ir metiendo toda esa información en
el baúl de los recuerdos. Cuando estés en esta conversación rara sobre
motosierras, podrás escarbar en tu memoria y aportar algo sobre el tema.
Truco del almendruco:
Si quieres sacarle todo el jugo a tu baúl de los recuerdos, tienes que tener la
mente abierta y relacionar los temas. Por ejemplo, yo no tenía nada en mi baúl
sobre motosierras, pero resulta que las motosierras tienen un motor de gasolina,
y en mi baúl tengo algo sobre los problemas de los motores de los coches.
Con estas ideas ayer conseguí convertir una situación potencialmente
incómoda en una conversación agradable, conociendo a una persona y llenando mi baúl
de motosierras. Pruébalo tú y me dices si te funciona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario