miércoles, 20 de marzo de 2013

Peor sería ser feo


Esta semana la entrada va de un tipo con suerte. Mala suerte. Muy mala suerte. Por el momento.

Después de currárselo mucho y a pesar de su notaza,  se quedó a las puertas de sacar la plaza que le habría dado dos años de trabajo. Y como las desgracias vienen de a pares, se ha puesto bastante malito. Así que podríamos decir que está teniendo muy mala suerte.

El otro día quedé con él y estuvimos hablando del tema y me dijo:

 "¿Sabes qué tío? Después de pensarlo mucho he llegado a la conclusión de que peor sería ser feo.

Mi enfermedad se va a curar. Si eres diabético, te tomas insulina y listo. Pero si eres feo no tienes nada que hacer. Te levantas todas las mañanas con la misma cara en el espejo y no puedes hacer na!"

Y me dejó pensando... Tiene razón. Más allá de lo políticamente correcto del comentario. Más allá de que ser feo es más una actitud que una apariencia. Más allá de que el físico no importa y, si importa, se va a un cirujano y santas pascuas. Más allá de todo eso. La esencia de su reflexión es genial.

Por un lado, estés como estés, siempre hay alguien peor que tú. No se trata de consolarse con eso ni de decir que tus problemas no importan. Se trata de no olvidarte que sigue habiendo cosas que agradecer. Que siempre te puedes comparar con gente que está mejor que tú, pero la mayoría de gente del mundo está peor (en gran parte porque no pueden leer este magnífico blog y por el tema del hambre, la guerra y esas cosas...).

Pero lo mejor de la reflexión de mi 'colega filósofo' es que su problema tiene cura. ¿Y sabes qué? Creo que la mayoría de problemas tienen cura. Puedes estar pasando un mal momento, el peor momento de tu vida. Y puede que el momento sea más bien un rato o incluso dos ratos. Pero no deja de ser algo temporal. Algo de lo que un día te reirás. Y aunque te guardes las carcajadas para dentro de unos años, igual ya se te empieza a escapar esa sonrisa que dice: no tiene ni puñetera gracia, pero la tendrá.

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