miércoles, 8 de enero de 2014

Los Juegos del Hambre


Lo prometido es deuda y la entrada de hoy se la prometí a una de esas personas que te enseñan que para ser amigos no hace falta verse todos los días. Va per tu Maica!

¿Y qué le debo a Maica? Pues un poco de risoterapia post-Navidad.

Sólo hay algo peor que el empacho masivo de las Navidades, que seas argentina y te coincida con la operación bikini.

Pero no te preocupes, aunque seas del mismo Montreal y estés a menos 34 grados, la tripa turronera no la escondes ni con 4 jerséis, dos abrigos y un edredón. De plumas. De ganso. Prehistórico. ¿Y que esperabas? Llevas mes y medio jugando a los juegos del hambre.

Para el que no los conozca, estos juegos consisten en un maratón de comidas, cenas y fiestas por etapas. El ganador es el que llega a enero con hambre. De ahí lo de los juegos del hambre.

Primera etapa: La contrareloj

La cosa empieza en con las cenas de Navidad. En septiembre… con eso de que tienes que hacer una con cada grupo: los compañeros de curro (para el que lo tenga), los compañeros sin el jefe (que es un pesao), los compañeros-que-te-caen-bien, los amigos del cole, los amigos del insti, los amigos de la uni, el equipo de futbol de los martes, el equipo de basket de los sábados, las de la clase de yoga, pilates y spining… ah, y con los amigos de Facebook, ¿no? Ah no, que esos no son amigos. Todo eso con parejas y sin parejas, claro.

Total, que a mitad noviembre ya has probado todos los menús de navidad, las tapas,  y si te descuidas, hasta un hindú (con las de yoga, claro). Sin embargo esta es la parte light en cuanto a comida. Como todo el mundo está tieso con eso de la crisis, los menús suelen ser baratos y poco abundantes. Eso sí, ¡que no falte bebida! Esta etapa es una contrareloj para pillarse una papa con gente con la que no has hablado más allá del buenos días.¡Todo antes de que se acabe el vino! Aquí entran los jugadores de la copa más llena (mi copa es siempre la más llena, bien porque la relleno, bien porque se la robo a otro) y los bebe culos (el típico tío que se deja el abrigo en la silla y vuelve al restaurante para beberse el culito de vino de todos los vasos que queden). De estas cenas siempre sale una buena anécdota de la que, con un poco de suerte, no eres protagonista.

En esta fase ya empiezan a caer los primeros jugadores. El alcohol causa estragos en los estómagos que les harán perderse próximas etapas.

Segunda etapa: Puertos de montaña

Ahora empieza lo bueno: las comidas de Navidad. Antes de seguir quiero aclarar que cena de navidad es aquel evento en el que te reúnes con un grupo de gente para beber alrededor de una mesa (ya sea de día o de noche). Mientras que las comidas de navidad son los eventos en el que te reúnes con TU FAMILIA para beber alrededor de una mesa (ya sea de día o de noche).

El primer puerto varía según la zona, pero podríamos decir que es noche buena. Como es el primer puerto llegas con toda la energía. Vienes las ganas de todo el año de comer cosas que sólo se cocinan en Navidad (¿por qué? pues porque a la abuela no le da la gana de estar cocinando todo el año). Lo difícil de este puerto es que llegas con todo el ímpetu y corres el riesgo de olvidar que estos Juegos son una prueba de fondo. De resistencia. Pero te da igual, comes como si no hubiera un mañana. Como estrenando estómago.

Como ya vimos, este es quizás el puerto más difícil, pero con la carrerilla lo terminas. Y entonces llega el siguiente, Navidad. Y después, San Esteve (para los Catalanes). Para los que tenemos la suerte de tener familia madrileña y catalana, pal día 26 ya llevamos 3 puertos de montaña a las espaldas… bueno, en las barrigas. Entonces empieza una etapa de hibernación hasta fin de año.


Tercera etapa: Resistencia

Después de hibernar crees que ya has superado lo peor. Te vuelves a sentir con fuerzas e incluso con hambre. Así que coges tu bicicleta y te vas para fin de año. La cena, aunque abundante, suele ser más asequible que el trío de navidad. Pero esta es una prueba de resistencia etílica. Así como en las cenas de empresa tenías que beber antes de que se acabase, para fin de año ya sabes que no te lo vas a acabar. En la mesa hay cerveza, vino y cava para llenar una piscina olímpica. Y después te espera una botella que tienes a medias más las copas de la discoteca.

¿Pero te controlas? Nooooooo. ¿Aún sabiendo que te queda la comida de primero de año? Nooooo. A ti te da igual, tu has venido a beber de tu libro. Así acabas, bebiéndote la enciclopedia Espasa (para los más jóvenes: el Internet del pasado sin chat y en papel).  Y por la mañana toca levantarse (si te has acostado) y llevar tus restos a la mesa familiar. Resistencia al alcohol y resistencia a las críticas son las claves de esta prueba.


Cuarta etapa: La guinda y el pastel

Esta etapa tiene dos partes. La guinda: que es la comida de Reyes. Y el pastel: que eres tú. Porque, sintiéndolo mucho, ha llegado el momento de ver los resultados de los juegos del hambre. Como llevas 3 días buscando regalos como un loco y hace 6 de la última comilona, se te ha olvidado todo lo que te has zampado. Se te ha olvidado hasta que te has intentado poner los pantalones nuevos que te han traído los reyes y no han pasado de las rodillas. ¡Enhorabuena! ¡Estás como una vaca embarazada!

Pero no te preocupes , ¡has sobrevivido a los Juegos del Hambre y te quedan más de 3 meses para la operación bikini!

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