Esta semana Un tipo con suerte ha llegado a la prensa
escrita de la mano de Noticies Tgn. Se trata de un semanal que sale los
miércoles (buen presagio para los #miercolesdesuerte) y que llega a unas 25.000
personas de la provincia de Tarragona. Como el artículo es en catalán, se me ha
ocurrido dedicar la entrada de hoy a traducirlo para aquellos tipos y tipas con
suerte de fuera de Cataluña.
Así que, volviendo al tema:
¿Fumas? Sí, pero lo quiero dejar.
Según la Enquesta de Salut de Catalunya (2013), tres de cada
diez catalanes fuma. (No sé por qué, pero me da la sensación que la proporción
en el resto del planeta debe ser parecida). Si te encuentras con uno de ellos,
te dirá que lo quiere dejar con un cigarro en la mano.
¿Te suena? Seguramente has probado todo tipo de remedios,
desde los chicles de nicotina con sabor a nicotina hasta la acupuntura. Quizás
te has comprado uno de esos libros para calcular cuanto te gastas cada año en
tabaco o has hecho sesiones de hipnosis. Pero, al final, sigues con el cigarro
en la mano y el mechero en el bolsillo.
¿Eso quiere decir que no lo puedes dejar? ¿Quiere decir que
los métodos no funcionan? Por mi experiencia haciendo coaching, eso quiere
decir que no lo quieres dejar. Personalmente pienso que, excepto la pistola en
la cabeza, no hay ningún método para hacerte hacer lo que no quieres. Así que,
aunque ya me lo has dicho, te lo volveré a preguntar: ¿quieres dejar de fumar?
¿Por qué? ¿Qué razones tienes para dejar de fumar? Y no me
digas que es perjudicial para la salud o que quieres ahorrar pasta. Esas son
las razones que te dan las autoridades sanitarias y tus amigos. Son mis
razones, pero no son las tuyas. La pregunta es: ¿por qué lo quieres dejar tú?
Si tú, la persona que está leyendo esta entrada ahora mismo. ¿No lo sabes?
Quizás tendríamos que volver a la pregunta inicial y ver si realmente quieres
dejar de fumar. Quizás no quieres dejar de fumar. Quizás te gusta. Quizás no te
importa dedicar-le tu sueldo o no creas que sea tan malo para la salud. Y si es
así, no hay nada que hacer. No hace falta que compres más libros o audioguías
para dejar de fumar porque no lo dejarás. La única manera de conseguir un
objetivo es queriendo. Y más cuando el objetivo es tan duro como dejar una
adicción al tabaco.
Pero si oyes una voz dentro de ti que te dice déjalo, por
flojita que suene, pregúntale por qué. Pídele las razones de verdad. Los
motivos que son tuyos y sólo te mueven a ti. Si los encuentras, dejarás de
fumar. Te costará más o menos y quizás tendrás que probar más de un
método. Pero al final lo dejarás.
¿Sabes por qué? Porque lo harás por ti, porque quieres.
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