miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Fumas? Sí, pero lo quiero dejar.


Esta semana Un tipo con suerte ha llegado a la prensa escrita de la mano de Noticies Tgn. Se trata de un semanal que sale los miércoles (buen presagio para los #miercolesdesuerte) y que llega a unas 25.000 personas de la provincia de Tarragona. Como el artículo es en catalán, se me ha ocurrido dedicar la entrada de hoy a traducirlo para aquellos tipos y tipas con suerte de fuera de Cataluña.

Así que, volviendo al tema:

¿Fumas? Sí, pero lo quiero dejar.

Según la Enquesta de Salut de Catalunya (2013), tres de cada diez catalanes fuma. (No sé por qué, pero me da la sensación que la proporción en el resto del planeta debe ser parecida). Si te encuentras con uno de ellos, te dirá que lo quiere dejar con un cigarro en la mano.

¿Te suena? Seguramente has probado todo tipo de remedios, desde los chicles de nicotina con sabor a nicotina hasta la acupuntura. Quizás te has comprado uno de esos libros para calcular cuanto te gastas cada año en tabaco o has hecho sesiones de hipnosis. Pero, al final, sigues con el cigarro en la mano y el mechero en el bolsillo.

¿Eso quiere decir que no lo puedes dejar? ¿Quiere decir que los métodos no funcionan? Por mi experiencia haciendo coaching, eso quiere decir que no lo quieres dejar. Personalmente pienso que, excepto la pistola en la cabeza, no hay ningún método para hacerte hacer lo que no quieres. Así que, aunque ya me lo has dicho, te lo volveré a preguntar: ¿quieres dejar de fumar?

¿Por qué? ¿Qué razones tienes para dejar de fumar? Y no me digas que es perjudicial para la salud o que quieres ahorrar pasta. Esas son las razones que te dan las autoridades sanitarias y tus amigos. Son mis razones, pero no son las tuyas. La pregunta es: ¿por qué lo quieres dejar tú? Si tú, la persona que está leyendo esta entrada ahora mismo. ¿No lo sabes? Quizás tendríamos que volver a la pregunta inicial y ver si realmente quieres dejar de fumar. Quizás no quieres dejar de fumar. Quizás te gusta. Quizás no te importa dedicar-le tu sueldo o no creas que sea tan malo para la salud. Y si es así, no hay nada que hacer. No hace falta que compres más libros o audioguías para dejar de fumar porque no lo dejarás. La única manera de conseguir un objetivo es queriendo. Y más cuando el objetivo es tan duro como dejar una adicción al tabaco.

Pero si oyes una voz dentro de ti que te dice déjalo, por flojita que suene, pregúntale por qué. Pídele las razones de verdad. Los motivos que son tuyos y sólo te mueven a ti. Si los encuentras, dejarás de fumar. Te costará más o menos y quizás tendrás que probar más de un método.  Pero al final lo dejarás. ¿Sabes por qué? Porque lo harás por ti, porque quieres.

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