A 200 metros en la pared de un taller puedes leer SEXO
GRATIS en Arial 892. Al acercarte puedes ver el texto completo en Arial 8: por
la compra de 4 neumáticos sea cual sea tu SEXO, llévate GRATIS el cambio de
aceite. Y es que el sexo es el mejor reclamo publicitario.
De hecho, tanto interés genera el sexo que hoy, a petición
popular vía Facebook, voy a escribir sobre el tema por primera vez en el blog.
La verdad es que es un tema que da para un libro. Y no me
refiero a uno de posturas, que eso ya está inventado. Por cierto, tengo
curiosidad por saber cómo se llenan tantas páginas con posiciones diferentes.
Me he puesto a contar y no me han salido más de 20. ¡Y eso que he contado el
misionero dos veces! Así que me tocará comprarlo (porque digamos que no es una
cosa para alquilar). Pero bueno, volviendo al tema, el sexo da para escribir un
libro y hacer una serie de 18 temporadas como lo Simpson (que tampoco te
cansarías de ver repetida).
Había pensado en escribir algo de risoterapia pero dándole
vueltas me ha surgido una pregunta que creo que es más interesante para abrir
el melón:
¿Por qué es un tema tan integrado en nuestra vida y a la vez tan
privado?
El sexo forma parte de nuestro lenguaje del día a día. Hijo
de puta, es la polla, no des por culo… son expresiones que usamos y oímos a
diario. Pero es curioso que estas palabras se utilicen con significados para
nada sexuales e ignorando la literalidad de la palabra. Si me cuentas que tu
jefe es un hijo de puta, no pienso en la profesión de su madre sino en lo mal
que te lo hace pasar. Tampoco me imagino un coche con forma de falo cuando
me dices que el nuevo Ferrari es la polla. Sin embargo, es el uso de una
palabra sexual la que hace que la expresión tenga más fuerza. Y sino prueba de
decirle a un amigo que deje de tocarte las narices, el tío se partirá de risa.
Lo que te toca son los cojones y de risa se descojona.
Estas expresiones no te llaman la atención con tu grupo de
amigos. Sin embargo, verlas escritas se te hace raro, ¿no? De hecho, estoy
seguro que a estas alturas alguno ya habrá abandonado la entrada. Y es que el
sexo tiene ese poder. Genera atracción y a la vez rechazo. Los chistes de
carácter sexual son universales y todo el mundo se ríe, siempre y cuando no te
pases de la raya. En tus grupos de Whatsapp te pasas el día haciendo broma del
tema y mandando fotos más divertidas que pornográficas, sin embargo a la hora
de hablar enserio del tema, nadie quiere empezar.
Ya desde pequeño tienes que ir descubriendo por ti mismo de
qué va el tema porque tus padres no te lo cuentan. A decir de verdad, cuando te
lo cuentan tampoco quieres escucharlos. ¿Hay algo más embarazoso que hablar de
sexo con una madre? Y por eso no tienes más remedio que ir aprendiendo a base
de práctica. Si tienes suerte, tu acompañante sabe algo y te enseña. En el peor
de los casos aprendéis juntos. Y no es que eso sea malo, pero resulta curioso.
Así, al final es uno de los temas más importantes de nuestra
vida (ya sea por acción o por omisión), uno de los temas de los que más
hablamos y sigue siendo uno de los mayores tabúes.
Por esa razón no había escrito hasta hoy del tema. Pero
después de tanta petición se me ha ocurrido que los tipos y tipas con suerte
también piensan, hablan y practican sexo (si tiene suerte). Así que si os gusta el tema, prometo
incluirlo en mi repertorio aunque más modo de reflexión que de práctica. Y después de haber hablado un poco en
serio, podremos hacer un poco de risoterapia. Pero como es un tema un poco
controvertido, lo dejo a tu elección:
¿Hablamos de sexo?
¡Sí, hablemos de sexo!
ResponderEliminarDesde luego es un tema que crea comportamientos de lo más curiosos a lo largo de casi toda la vida.
Desde bien pequeños ya suceden escenas familiares incómodas, por llamarlas de alguna manera. Aquel momentazo, sentada la familia en el sofá... ¿os acordáis? El padre medio dormido con el mando de la tele en su poder, la madre roncando y el hijo entretenido mirando la película de la semana. De pronto irrumpe una escena un tanto erótica. ¿Existe una situación más incómoda? El padre se hace el dormido o no se atreve a cambiar de canal, el hijo mira a un lado y a otro, la madre despierta y pregunta "¿No echan otra cosa?". El padre dice que no va a cambiar de película, el hijo ya no sabe ni qué hacer con los cojines y la madre susurra "Oixx, por Dios..." con la mano en la cabeza. ¿Quién lo está haciendo mal?? El niño es demasiado joven para ver estas cosas? o es mejor que aprenda? hay que tomárselo con naturalidad? hay que cambiar de canal? hay que irse a la cama? En fin, son cinco minutos de tensión ridícula inocultable.
Cuando el niño crece y empieza a interesarse en las chicas para algo más que para jugar a las canicas, se despliega de la imaginación del adolescente un abanico de ideas inventadas con toda la buena intención, pero llevadas a cabo con pésimo arte. Las peores vergüenzas impiden demostrar a su querida que ni Shakespeare ni Lennon tenían idea sobre el amor a su lado.
Una vez superada la prueba de la "desvirginidad" (concepto que será preguntado y descrito en múltiples ocasiones a los amigos, al igual que la primera masturbación, en su momento) y la de algún que otro romance, el chaval alcanza cierta experiencia en el asunto. Entonces el mayor problema ya no es el tema en sí, sino en conseguir practicarlo. Ahí aparece el estudio de las técnicas de ligue. La asignatura a la que más entusiasmo le pone para aprender y practicar. La que le va ayudar a desarrollar una inteligencia social apurada con el único propósito de la supervivencia sexual. ¡Y no piensen en el tema con desdén! Pues el fracaso reiterado es la causa del más loco comportamiento humano. Por todos es sabido que ha provocado desde guerras internacionales hasta suicidios, pasando por un montón de estupideces, ¡incluso hermosos poemas y canciones de amor!
Os habéis dado cuenta vosotros también de que escribí dos párrafos en tercera persona masculina. Eso es porque relato desde mi punto de vista de mi género, claro está. La gran pregunta es: ¿Qué pasaría si todo fuera mucho más fácil? Aunque las cosas van cambiando, mayoritariamente todavía somos los hombres los que nos toca tirar la caña (sin abordar la homosexualidad); y aunque cada vez menos, se sigue manteniendo como tema tabú. Si calzáramos todos en la frente un semáforo verde al sexo, lo primero que me viene a la cabeza es dudar de la supervivencia de la especie. Pues se trata de la selección natural que una hembra elija una pareja que demuestre aptitudes atractivas. Así que, para salvación de la humanidad, hombre y mujer quieren lo mismo pero dicho diferente: Ellas no buscan sexo, lo que desean es una bonita historia de amor especial, aunque a veces sea sólo por una noche.
¡Por supuesto! hay qien dice (lo pongo asi pq ahora no qiero mirar apuntes d educacion sexual) q todos los comportamientos tienen una parte de sexuales, igual cuando interaccionas con el genero q t atrae como cuando no. Así q para ser felices tb se tiene q tener en cuenta el sexo, es lo q tiene ser animales sexuados.
ResponderEliminarY nadie me negará la felicidad d un buen rato de sexo, mano d santo.
Pero por favor, dejemos d pensar q las mujeres buscamos una noche d amor cuando simplemente qeremos sexo, oye, q las princesas tb follan.
M paso el miercoles, a ver si hay suerte.
Toda la razón en que el sexo es importante para la felicidad, y en que las princesas también follan, pero no con alguien que ofrezca sexo, así, por las buenas...
ResponderEliminarHombre... Hay de todo en esta vida... Y creo q a estas alturas del cuento ya sabemos diferenciar cuando nos apetece sexo para un rato y cuando nos apetece algo más. Como a los chicos, vaya.
ResponderEliminarOtra cosa ya es lo q cuenta Disney o la generación d nuestras madres, o lo q siguen pensando muchos, tb. Como tu dices, la cosa va cambiando, y ahora incluso podemos decir q nos masturbamos o q vemos porno (y no esperamos al final para ver si se casan, como en el chiste...)
Eso sí, aunqe sea para un rato siempre importa como es el chico, y eso creo q a los del otro género no les importa tanto. La excusa es q ponen es q nosotras podemos elegir entre los q nos vienen, y ellos tienen q salir cual pescador.
Besos!